¿Que solemos hacer cuando alguien nos dice que esta triste?
¿Que pasaría se dejase sentir la tristeza?

por David Gil Alonso (Ilustración O. Lasarte)
¿Que solemos hacer cuando alguien nos dice que esta triste?
Intentamos cambiarle la emoción, queremos que se ponga alegre, le recordamos todas las cosas bonitas que tiene y que hace. Todo lo maravilloso que es. Nos cuesta ver a nuestros amigos y amigas tristes. Esto hace que a veces nos alejemos
Algo nos ocurre a nosotros cuando alguien al que queremos se pone triste. Tal vez su tristeza se nos contagie, la tristeza de ese amigo me aviva alguna mía. Alguna que no pude sentir del todo y que se quedo a medio camino…
Son emociones unidas a situaciones que por lo desagradables que fueron en su momento decidimos no sentirlas y protegernos de alguna manera de ellas.
Así que si ahora un amigo viene triste, pues hace que la mía se comience a mover, a decir que también quiere, que quiere expresarse y ser sentida. Y justo por esto, lo que hago con mi amigo es “mira no te pongas así hombre que no es para tanto… además ya verás como no te dura nada, en cuatro días se te ha pasado”. En el fondo lo que hago es decirme; “no, no quiero sentirte”, me es desagradable sentir mi tristeza.
¿Y qué pasaría si la dejara?… ¿Qué pasaría si me dejara estar triste junto a mi amigo?
Podrías probar la próxima vez que veas a alguien de tu entorno cercano un poco pocho, ver qué te pasa a ti, sin más.
La tristeza tiene un sentido, suele venir porque hemos perdido algo: una novia, un amigo, un trabajo, un padre o una madre, o incluso un teléfono móvil, un plan que te apetecía mucho hacer y no sale…
También es gradual, la tristeza no tiene siempre el mismo tamaño. Hay tristezas menores, medianas y grandes. Y es más, no será del mismo tamaño mi tristeza por haber perdido la amistad de un amigo que la de mi vecino. La suya tendrá otro tamaño. No sé cual!

¿Para qué tenemos la tristeza?
¿Servirá para algo?, ¿Para que el ser humano tiene que sentir tristeza?
La tristeza es una señal que nos hace mirar hacia adentro, es como los días lluviosos y grises, solo te apetece meterte en casa y tumbarte en el sofá.
La tristeza facilita que te acurruques contigo, que te acomodes en tu interior. Cuando es grande, también hay dolor.
La tristeza te hace mirar hacia ese dolor que hay dentro, un dolor que te dice que ahora ya no está eso que estuvo. Y eso, te gustaba, te hacía sentir bien, casi te alimentaba.
La tristeza nos indica el camino hacia el interior, el lugar donde esta nuestra guía, nuestra brújula interna para ir hacia donde deseamos ir. Este es un lugar que sabe mucho. Y si lo escuchamos y le hacemos caso tendremos la certeza de que vamos en la buena dirección. Que hemos tomado bien nuestras decisiones.
Así que esto de sentir esta emoción, es un sabor agridulce, lo agrio es sentirla ya que es desagradable, molesta, incómoda, y lo dulce es que nos enseña el camino para ir hacia lo que somos.
La tristeza nos enseña el camino par ir hacia lo que somos
Otro aspecto de la tristeza que es agridulce es que nos informa de que hay cosas, personas que ahora están y que en algún momento no estarán. Se terminarán o se irán. Nos coloca un lugar más humilde, más llano, donde no podemos tener todo lo que queremos. Hay una parte que se irá sin que puedas hacer nada. Nos pone en contacto con la ausencia de control de algunas áreas de esta vida. No, no vas a poder hacer nada en este o en este otro asunto, no dependerá de lo que tú quieras. Y esto resulta agrio y a la vez dulce, al ver que la vida camina y tú vas con ella.
Si decides ir viviendo las tristezas de tus pérdidas, algo pasa en tu organismo, algo que huele a limpio ocurre, es como no dejar que se vaya acumulando el polvo encima de los armarios. Esa sensación que se percibe cuando entras a un lugar donde las cosas están limpias y ordenadas. Ese respirar hondo hasta el fondo de tu estómago, en un entrar y salir de aire ligero, fluido y refrescante. Te has encargado de ir limpiando cada asunto de la vida que te ha hecho sentir esto o lo otro. Te has encargado de ir haciendo el mantenimiento de tu interior, limpiando ese suspenso, ese amigo que ya no me habla, ese objeto brillante que perdí y era de mi abuela, esa fase en la que no conseguí el puesto de trabajo, la muerte de mi padre…
Gracias por el artículo, un enfoque totalmente distinto al que usamos generalmente. Afrontarla y aprovecharla…
Espero leeros más
Saludos